
Yo, simple cortesano admitido en tu corte, arrodillado delante de tu simple sonrisa, frente a la grandeza de tu reino, hubiera querido mostrarte el mío. Sobre una bandeja de plata, abriendo los brazos en una reverencia infinita, mostrándote mi regalo, lo que sentía por ti: un amor sin limites.
Mas allá del mar y en el fondo, allí abajo, mas allá del horizonte...más allá del cielo, y mas allá de las estrellas, mas allá de la luna y mas allá de lo que se esconde...este es el amor que siento por ti.
Te amo por encima de todo aquello que no podemos ver, por encima de lo que no podemos conocer.
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